LES PARDINES 1819, UN REFUGIO DE PASTORES HACE MÁS DE 200 AÑOS SE RECONVIERTE EN UN EXCLUSIVO HOTEL BOUTIQUE ANDORRANO.
Rodeados de naturaleza por los cuatro costados, unas vistas privilegiadas, y una gastronomía de montaña muy cuidada hacen a Les Pardines 1819 un destino idóneo para aquellos que buscan la desconexión en un entorno rural sin perder comodidades.
Desde hace un tiempo atrás, se ha podido observar como hay una tendencia ascendente hacia un turismo rural, y que el verdadero lujo se comienza a encontrar no en los grandes y ostentosos hoteles si no en los pequeños hoteles boutique cerca de las zonas rurales que se encuentran en entornos naturales alejados de las ciudades.
Un legado familiar con historia
En Les Pardines 1819 han conseguido presentar un concepto muy auténtico y de verdad, poniendo por delante los valores y el compromiso por devolver a la tierra lo que la misma les había dado en el pasado. Y es que Les Pardines 1819 es un proyecto realizado desde el compromiso y el amor a la tierra que los propietarios Josep María y su hermano Jordi Segura han creado gracias a la herencia familiar de hace más de dos siglos. Una historia de esfuerzo y superación que merece la pena conocer, su bisabuelo hacía de pastor y cuidaba de las ovejas en las trashumancias que realizaban los pastores españoles y franceses hacia la montaña para alimentar el ganado. Él muy astuto, ordeñaba las ovejas en esos periodos y con su leche elaboraba quesos que vendía a pasantes y turistas franceses que transitaban por andorra. Con este dinero que pudo reunir gracias a la labor que realizaba con el ganado consiguió comprar la finca donde a día de hoy se encuentra Les Pardines 1819. Posteriormente, la finca fue evolucionando acorde con los tiempos y la economía que se prestaba en esos momentos, pasando por finca de ganado, la agricultura, plantaciones de tabaco para en la actualidad volver a sus orígenes iniciales de hace más de dos siglos, un lugar de acogida.
Aunque Les Pardines 1819 viene siendo un hotel Boutique desde hace tan solo un año, su alma de hospedaje proviene de mucho antes, ya que desde 1819 que se construyeron las primeras edificaciones en la finca siempre había sido un lugar de acogida de pastores y transeúntes que transitaban por esta zona debido a las inclemencias meteorológicas. Y es por ello que los hermanos Segura, la última generación de propietarios de la finca, han querido volver a sus orígenes reconvirtiendo las edificaciones existentes en exclusivas habitaciones y espacios comunes, hasta los antiguos establos en un circuito de spa y zona de wellness, todo ello con un gusto moderno y exquisito sin perder la esencia rural de donde proceden.
Gastronomía de altura
En cuanto a la parte gastronómica se refiere, Les Pardines 1819 cuenta con una cocina basada en el producto local de porciones generosas y técnicas vanguardistas aunque sin pretenciosas presentaciones, destacando la calidad de la materia prima. Cabe destacar que comenzaron su andadura gastronómica bajo la dirección del chef Oriol Rovira del restaurante Els Casals, (que cuenta con dos estrellas michelín, una de ellas verde por su defensa del producto sostenible y local) apreciándose así detalles de su cocina como pueden ser los intensos y sabrosos fondos de arroz, el pollo de corral, y el canelón. A día de hoy, continúa a los mandos de la cocina, el segundo de cocina de Els Casals, Óscar Villalba, defendiendo ese concepto de cocina basada en el producto de montaña.
Relajarse en Les Pardines
En la planta inferior podrás encontrar el lugar idóneo donde poder conseguir la máxima relajación. Te encontrarás un pequeño circuito de Spa donde poder pasar por dos tipos de saunas y una piscina de hidromasaje además de una ducha de cromoterapia. Aunque lo más especial son la gran variedad de masajes relajantes de los que disponen y el personal cualificado con el que cuentan para ello. Una de las curiosidades de este espacio que lo hace todavía más interesante de conocer y disfrutar es que hace 200 años fueron cuadras de ganado y han mantenido su esencia histórica aportando un mayor valor.
Para finalizar, destacar que no solo es interesante el viaje en invierno para esquiar, si no en verano para todas esas personas amantes de la naturaleza y de los entornos rurales. Multitud de actividades de senderismo, rutas a caballo, en quads y bicicleta surgen a través de las montañas entre pinares, abetos y abedules, sobre paisajes de cascadas y lagunas. En definitiva, una experiencia muy completa para desconectar y relajarte conectando con la naturaleza.